Sobre mí

De pequeña fui una de esas niñas que necesitó ayuda para comunicarse. Sé lo que se siente cuando las palabras se atascan, cuando comer cuesta o cuando respirar no es tan automático como parece. Por eso, mi vocación no es casual: es el resultado de una historia vivida desde dentro.

Hoy, acompaño a niños, adolescentes y adultos que lidian con dificultades para hablar, comer, leer, respirar o hacerse entender. Pero más allá del tratamiento, mi misión es que cada persona que entra aquí se sienta escuchada, respetada y, sobre todo, valiosa, capaz e inteligente.

Trabajo desde la cercanía, con calidez y sin juicios, creando un espacio donde las familias se sienten seguras y los niños se permiten ser ellos mismos. Porque cada avance, por pequeño que sea, merece celebrarse. Y a veces, esa celebración suena a carcajada… de esas que se oyen desde la calle.

🎯 ¿Mi objetivo? Que quienes llegan aquí descubran que sus retos no los definen, y que siempre, siempre hay un camino para crecer con confianza y alegría.

No trabajo con diagnósticos, trabajo con personas. Y cada persona tiene su ritmo, su historia… y su voz.